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Cuando recurrir al veterinario
La salud de tu gato es esencial para ofrecerle una vida buena y longeva.
El veterinario tendrá un papel clave para ayudar a que tu gato se mantenga saludable, no solo dándole un tratamiento cuando esté enfermo, sino también ofreciendo recomendaciones sobre las mejores medidas preventivas que contribuirán a que tu gato tenga una buena salud. A los gatos se les da bastante bien ocultar problemas de salud, así que hasta a los propietarios más atentos a veces les pasan por alto síntomas iniciales o sutiles de una enfermedad. Por lo tanto es de gran importancia que una vez al año lleves a tu gato al veterinario para realizar un chequeo para que no haya ningún problema de salud que pase inadvertido.
Cuando elijas un veterinario, comprueba que la consulta esté razonablemente cerca de donde vives. No es conveniente tener que ir muy lejos si tienes una emergencia. También es buena idea hablar con conocidos que tengan gatos y escuchar sus recomendaciones. Algunas consultas tienen clínicas solo para gatos. Esto puede ser muy buena idea para gatos que no toleran bien la presencia de perros en la sala de espera. Reúne tanta información como puedas antes de elegir un veterinario. El siguiente resumen enumera las cuestiones sobre las que los veterinarios suelen ofrecer tratamientos y consejos.
SALUD GENERAL
Tu gato debería pasar al menos un chequeo general al año (o con mayor frecuencia si se trata de un gato anciano o con problemas de salud). Los chequeos periódicos son vitales para garantizar que tu gato goce de buena salud y no tenga ninguna enfermedad. Los chequeos generales incluyen la auscultación del corazón y los pulmones del animal con un estetoscopio para detectar arritmias o soplos cardíacos, así como palpaciones en el abdomen para verificar que no hay bultos anormales ni dolor. También se realiza un examen de la piel y del pelaje para detectar parásitos, heridas o bultos, así como una revisión de las orejas y la boca.
Si tienes cualquier pregunta o preocupación sobre la salud de tu gato, anótalas para repasarlas durante el chequeo.
VACUNAS
La aplicación de vacunas regular (habitualmente cada año) es esencial para evitar enfermedades como la gripe felina (Herpesvirus felino y calicivirus felino), la peritonitis infecciosa felina (parvovirus felino/virus de panleucopenia felina) y el virus de leucemia felina. El veterinario te ofrecerá sus recomendaciones respecto a la necesidad de vacunar a tu gato contra la clamidiofilosis felina (una bacteria que causa conjuntivitis). También pueden ser recomendables vacunas contra otras enfermedades, en función de donde vivas o si deseas viajar con tu gato a otros países, ya que las vacunas pueden ser obligatorias para obtener un pasaporte para animales.
PULGAS, GARRAPATAS Y GUSANOS
La prevención contra parásitos se debe abordar a fondo durante la revisión anual de tu mascota. Los parásitos internos, como las lombrices no son sólo un problema para tu gato, sino que también pueden afectar a los humanos. Las pulgas ponen huevos que se convierten en larvas y hacen de las alfombras su hogar. Por lo tanto, es esencial que sigas las recomendaciones de tu veterinario para prevenir la aparición de parásitos.
CASTRACIÓN
A menos que pretendas que tu gato tenga descendencia, es buena idea castrar a tu gato para evitar embarazos no deseados y algunos problemas de salud. Si tienes un nuevo gatito o si te haces cargo de un gato adoptado, deberías hablar cuanto antes con tu veterinario para que te recomiende cuál es el mejor momento para realizar la castración. Los gatos castrados suelen tener más apetito, así que pueden tender a engordar si se les da demasiada comida. Decide junto a tu veterinario o con sus asistentes cuál es la mejor opción alimentaria para tu gato tras la castración.
PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO
Las alteraciones en el comportamiento de tu gato, como que orine donde no debe o se muestre cada vez más agresivo, pueden indicar la existencia de una enfermedad subyacente o un problema de comportamiento, así que informa a tu veterinario de estos cambios.
CUIDADO DENTAL
Las visitas al veterinario son la mejor forma de detectar los problemas dentales, ya que los gatos son particularmente hábiles en disimular este tipo de problemas ante sus propietarios. La enfermedad dental es bastante común en gatos, en especial cuando se hacen mayores. Esta enfermedad puede ser muy dolorosa e incluso generar problemas de salud general, así que es importante lograr una detección precoz. También deberías abordar el tema del cepillado de dientes durante la visita anual al veterinario. La mayoría de gatos toleran que les cepillen los dientes y es la mejor forma de mantener una buena higiene dental y un buen aliento.
PESO Y FORMA FÍSICA
La obesidad es un problema frecuente en gatos, así que controla su peso y pregunta sobre su forma física durante el chequeo. Si lo consideras necesario, el veterinario puede asesorarte sobre un plan de dieta y sobre formas para aumentar la actividad de tu gato o quizás registrar a tu mascota en un programa de pérdida de peso si tu veterinario ofrece tal servicio. Por el contrario, si tu gato ha perdido peso desde la última visita, ello podría indicar que existe algún problema de salud.
GATOS ANCIANOS
Si tu gato se está haciendo mayor, se recomienda realizar chequeos más frecuentes. Estos chequeos son una oportunidad para informar a tu veterinario de cualquier preocupación que tengas, por insignificante que sea. Además de la revisión habitual, puede que el veterinario quiera comprobar la presión sanguínea de tu gato e incluso puede que recomiende realizar análisis de sangre y orina. Informa a tu veterinario de cualquier cambio en las cantidades de agua y comida que toma tu gato. Tal y como sucede con las personas, los gatos ancianos pueden sufrir osteoartritis, pérdidas de visión y oído, problemas con los órganos o incluso pérdida de la memoria o demencia, los cuales pueden provocar cambios en su comportamiento. Por suerte, muchos de estos problemas se pueden mantener bajo control mediante medicación o introduciendo pequeños cambios en el estilo de vida del gato. Cuanto antes se detecten los problemas, mayor es la probabilidad de encontrar un tratamiento que funcione.
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